lunes, 2 de julio de 2007

Las rebajas


Casa año es lo mismo, odio las rebaja pero cada año voy irremisiblemente a ellas. Nunca encuentro tallas, nunca ese modelito tan mono que vi en plena temporada, ni los zapatos, ni el colgante, y si están son seguro de los que no se rebajan o solo cuestan apenas un diez por ciento menos, si queda de tu tamaño. Pero ...¡¡qué más da!!, siempre cae algo, aunque luego acabe guardado en el armario.
Lo peor son las aglomeraciones, parece que te contagien esa furia consumista que te convierten en un animal de costumbres.
Llevo unos años en los que apenas me compro nada yo pero están los chicos, o mejor, esta la chica. A ella todo le gusta, todo le sienta bien, todo le favorece, aunque afortunadamente es prudente dentro de lo que una adolescente puede ser en el tema de la ropa.
Ayer estuve en uno de esos maravillosos grandes almacenes que parece ejercer una atracción diabólica sobre los cazadores de gangas, inexistentes por supuesto, yo pense que era principio de vacaciones, fin de semana y que el calor haría que la gente se quedara en casa, pero me equivoque toda la ciudad estaba allí. Y el rito, como cada temporada se repitió una vez mas.


1 comentario:

Aelo dijo...

jajaja, Julia es que no aprendes. Entiende, vayas el día que vayas estará SIMPRE lleno, es parte de las leyes de Murphy. Un beso